ARTROSIS DEL PULGAR (RIZARTROSIS)

La artrosis de la articulación de la base del pulgar (rizartrosis) se produce por el desgaste o degeneración de la articulación de la base del pulgar (articulación trapecio-metacarpiana). Cuando el cartílago articular se lesiona se desarrolla la artrosis. Esto produce dolor en la articulación, inflamación de los tejidos que rodean la articulación y formación de osteofitos (salientes óseos en los márgenes articulares).

El resultado es una articulación rígida y dolorosa, con su movilidad limitada sobre todo cuando se precisa de manipulación fina de objetos usando la pinza del pulgar como girar una llave, abrir un frasco. Se puede apreciar una prominencia ósea o bulto sobre la articulación, y puede ser difícil extender el pulgar.

DIAGNÓSTICO

Las radiografías ayudarán a valorar la severidad de la artrosis. En la rizartrosis, puede haberse perdido el espacio articular, lo cual significa que puede haber inestabilidad o mala alineación de la articulación, y puede haber espículas óseas o calcificaciones de los tejidos blandos. Muchos pacientes con rizartrosis tienen síntomas del Síndrome del Túnel Carpiano.

TRATAMIENTO

Los síntomas mejoran con frecuencia con tratamiento no quirúrgico. El uso intermitente de una férula de inmovilización ayuda a mantener la articulación en reposo, y los antiinflamatorios pueden disminuir el dolor y la inflamación.

También puede ser útil un programa de ejercicios para fortalecer los pequeños músculos que estabilizan la articulación. Las infiltraciones con ozono pueden ser útiles para la disminución del dolor y la inflamación. Si los síntomas no mejoran, puede ser necesaria la intervención quirúrgica.

CIRUGÍA

La cirugía supone sustituir el hueso artrósico por un injerto autólogo que se obtiene habitualmente de la mitad del tendón palmar mayor, uno de los tendones flexores de la muñeca. Se extirpa el hueso trapecio artrósico, y se la mitad de dicho tendón para crear un espaciador en la zona donde se ha extirpado el hueso.

Tras la intervención, el pulgar se mantiene en una férula o yeso durante cuatro a seis semanas Tras la cirugía, la rehabilitación con la supervisión de un fisioterapeuta le ayudará a recuperar el movimiento y la fuerza de la mano. Tras la artroplastia , generalmente se tardan entre 3 a 6 meses en recuperar la movilidad y fuerza completas de la mano.

MÁS INFORMACIÓN: http://orthoinfo.aaos.org/topic.cfm?topic=A00210